HABILIDADES PARA LA VIDA
¿Qué son las
habilidades para la vida?
Definiciones que ilustren el significado de
habilidades hay muchas. Algunos autores se refieren a ellas como las destrezas para
conducirse por la vida de manera hábil y competente, dentro de las
posibilidades sociales y culturales de cada uno: actúan como enlace entre los
factores que motivan el conocimiento, las actitudes y los valores; promueven que se
generen factores de protección frente a problemas
psicosociales derivados del entorno; y ayudan a saber cómo enfrentarse a las
exigencias y desafíos que la vida pone delante.
En general, se identifican tres clases de
habilidades: las sociales o interpersonales (como la comunicación asertiva
o la empatía), las cognitivas (como la toma de decisiones o
el pensamiento crítico) y las habilidades para el manejo de las
emociones (como el estrés).
LA EMPATÍA
LA COMUNICACION ASERTIVA
LAS RELACIONES INTERPERSONALES
Establecer y conservar relaciones interpersonales significativas, así como ser capaz de terminar aquellas que bloqueen el crecimiento personal (relaciones tóxicas). Esta destreza incluye dos aspectos claves. El primero es aprender a iniciar, mantener o terminar una relación; el segundo aspecto clave es aprender a relacionarse en forma positiva con las personas con quienes se interactúa a diario (en el trabajo, en la escuela, etc.
TOMA DE DECISIONES
Decidir significa actuar proactivamente para hacer que las cosas sucedan en vez de limitarse a dejar que ocurran como consecuencia del azar o de otros factores externos. Continuamente estamos tomando decisiones, escogiendo qué hacer tras considerar distintas alternativas. Esta habilidad ofrece herramientas para evaluar las diferentes posibilidades en juego, teniendo en cuenta necesidades, valores, motivaciones, influencias y posibles consecuencias presentes y futuras, tanto en la propia vida como en la de otras persona
EL AUTOCONOCIMIENTO
Conocerse es
el soporte y el motor de la identidad y de la autonomía. Captar mejor nuestro ser,
personalidad, fortalezas, debilidades, actitudes, valores, aficiones… Construir
sentidos acerca de nosotros mismos, de las demás personas y del mundo que
compartimos. Conocerse no es solo mirar hacia dentro, sino que también es
saber de qué redes sociales se forma parte, con qué recursos personales y
sociales contamos para celebrar la vida y para afrontar los momentos de
adversidad. En definitiva, saber qué se quiere en la vida
e identificar los recursos personales con que se cuenta para lograrlo.
MANEJO DE PROBLEMAS Y CONFLICTOS
Manejo de problemas y conflictos. No es posible ni deseable evitar los conflictos. Gracias a ellos, renovamos las oportunidades de cambiar y crecer. Pueden ser una fuente de sinsabores, pero también una oportunidad de crecimiento. Podemos aceptar los conflictos como motor de la existencia humana, dirigiendo nuestros esfuerzos a desarrollar estrategias y herramientas que permitan manejarlos de forma creativa y flexible, identificando en ellos oportunidades de cambio y crecimiento personal y social.
PENSAMIENTO CREATIVO
Usar la razón y la “pasión” (emociones, sentimientos,
intuiciones, fantasías, etc.) para ver la realidad desde perspectivas
diferentes que permitan inventar, crear y emprender con originalidad. Pensar
creativamente hace referencia a la capacidad para idear algo nuevo, relacionar
algo conocido de forma innovadora o apartarse de esquemas de pensamiento o
conducta habituales (pensar “fuera de la caja”). Esto permite cuestionar
hábitos, abandonar inercias y abordar la realidad de formas novedosas.
PENSAMIENTO CRITICO
Analizar experiencias e información y ser capaz de llegar a
conclusiones propias sobre la realidad. La persona crítica no acepta la
realidad de manera pasiva “porque siempre ha sido así”. Por el contrario, se
hace preguntas, se cuestiona rutinas, investiga.El pensamiento crítico requiere
la puesta en acción tanto de habilidades cognitivas (un proceso activo de
pensamiento que permite llegar a conclusiones alternativas), como de competencias
emocionales (relacionadas con las actitudes personales, ya que es necesario
también querer pensar).
MANEJO DE EMOCIONES Y SENTIMIENTOS
Esta habilidad propone aprender a navegar en el mundo de las
emociones y sentimientos, logrando mayor sintonía con el propio mundo afectivo
y el de las demás personas. Las emociones y sentimientos nos envían señales
constantes que no siempre escuchamos. A veces pensamos que no tenemos derecho a
sentir miedo, tristeza o ira. Este es un ejemplo de cómo el mundo afectivo se
puede ver distorsionado por prejuicios, temores y racionalizaciones. Comprender
mejor lo que sentimos implica tanto escuchar lo que nos pasa por dentro, como
atender al contexto en el que nos sucede.
MANEJO DE TENSIONES Y ESTRÉS
Las tensiones son inevitables en la vida de todas las
personas. El reto que representan no consiste en evadir las tensiones, sino en
aprender a afrontarlas de manera constructiva, sin instalarse en un estado
crónico de estrés. Esta habilidad permite identificar las fuentes de tensión y
estrés en la vida cotidiana, saber reconocer sus distintas manifestaciones y
encontrar vías para eliminarlas o contrarrestarlas de manera saludable.
Las habilidades han sido adoptadas como estrategia de promoción
de la salud, sobre todo en países de América Latina y Caribe, como línea de trabajo
de la Organización
Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS),
que en la década de los años 90 -y solo centrado en destrezas psicosociales-
comenzó a difundir materiales pedagógicos diseñados en promover estas
habilidades en los centros educativos.
Así, dentro del enfoque de promoción de salud, las habilidades
para la vida inciden en los determinantes de salud -circunstancias en que las
personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, incluido el sistema de
salud, las políticas, la repartición del poder y los recursos- y favorecen que
las personas sean capaces de elegir modos de vida saludables y un óptimo
bienestar físico, social y psicológico. Por ejemplo, contribuyen a mejorar el
entorno, a interactuar con los semejantes y a adquirir buenas prácticas de
alimentación y actividad física, entre otras.
En conclusión, las habilidades para la vida son aquellas destrezas que se van desarrollando en nuestra vida para tener una mejor comunicación con los demás,para controlar nuestras emociones, para ser sinceros con nosotros mismos y nunca cambiar lo que somos, para ser fuertes en los momentos duros y de tormenta y para sentirnos felices a todo momento. Son aquellas habilidades que nos permiten controlar muchos sentimientos interiores y utilizarlos para bien.
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